miércoles, 22 de mayo de 2013

Aniversario

Hoy se cumplen quince meses de la tragedia de Once. Y como era de esperar, el tema fue sepultado hace tiempo en los oscuros y tenebrosos sótanos de la agenda pública nacional. ¿Qué cambios se pusieron en marcha desde aquel 22 de febrero de 2012? A primera vista, los siguientes: 

1) No cobrar boleto. 2) Habilitar pantallas que anuncian la frecuencia de los trenes y una aplicación similar para teléfonos celulares.

¿Qué más podemos pedir? No quiero ser ingrata, algo más se hizo: colocaron en las estaciones mosaicos tipo venecita color celeste, el color del Ministerio del Interior y Transporte. Además, también maquillaron algunas -no todas- las formaciones más antiguas con un poco de pintura, luces y asientos nuevos. Y reemplazaron algunos tramos de vías que ya no daban para más.

Los trenes en hora pico siguen saliendo abarrotados, con las puertas abiertas, personas colgando de los estribos y con la frecuencia que se les ocurre. Como hoy, que para conmemorar el aniversario el Sarmiento acusó “conflictos gremiales” que originaron demoras en ambos sentidos. 

Pero eso es un detalle menor. Por lo menos ahora nos informan cuándo vienen. Nos podemos tomar un colectivo o ir avisando con tiempo que llegamos tarde. Y además viajamos gratis. Como mucho, lo que nos puede pasar es que tengamos la mala fortuna de subirnos a un tren que tenga otro accidente. Pero eso pasa de vez en cuando. Y con suerte, capaz, hasta cae un día feriado.

sábado, 11 de agosto de 2012

Las puertas del infierno

Una tarde cualquiera el cielo se puso naranja, casi rojo. Llamaradas de luz se colaban por todos lados, iluminando con fuego cada rincón. Mientras tanto, zombies urbanos esperaban en cada estación y sus sombras, largas, negras, aterradoras, cruzaban el andén. Parecía el fin del mundo.

Me bajé confundida, mareada. El vendedor de garrapiñadas que se para justo delante de la barrera gritaba que se habían abierto las puertas del infierno. Me dio miedo. Caminé rápido y me alejé. A las pocas cuadras noté que el cielo había empezado a oscurecerse. Las puertas se cerraron, pensé. Por fin.


domingo, 22 de julio de 2012

La historia de la tragedia


Graciela Mochkofsky es periodista y acaba de publicar su quinto libro: Once, viajar y morir como animales. Cuando me enteré, pensé ¿ya hicieron un libro? Sí, ya. Y bienvenido sea. 

Todo aquello que ayude a visibilizar el tema, a acercarlo a quienes no viajan en tren, a generar conciencia y a causar indignación, sirve. 

El primer capítulo se puede leer gratis acá. Parece ser una investigación periodística seria. Esperemos que la justicia haga la propia.

miércoles, 20 de junio de 2012

¡Aplausos! Llegó el tren

Foto: Gabriel Llorens
Pasajeros varados en la estación Castelar festejaban ayer a la tarde que una formación vacía y de las nuevas –más precisamente la que tiene los rostros de Néstor Kirchner  y Hugo Chávez ploteados en tamaño gigantografía (?)- los rescatara del frío y la espera.


Mientras tanto, la voz del andén anunciaba que el tren en el que yo viajaba se convertía en rápido Morónliniersfloresonce. Eso implicaba bajarse y esperar otro, pero sinceramente no fue tan grave.

Con el olorcito de un feriado inminente en la conciencia -que se mezclaba con otros aromas de la estación Morón que no vale la pena describir- me banqué la espera sin chistar, fantaseando con que mis nietos vean el tren soterrado y con una frecuencia de 3 minutos. Soñar no cuesta nada.


domingo, 27 de mayo de 2012

¿El fin de TBA?

El último jueves el gobierno finalmente le quitó la concesión de la línea Sarmiento y Mitre a Trenes de Buenos Aires. Mi primera reacción fue una mezcla de alegría y alivio, una sensación de que por fin algo empezaba a cambiar. Pero al entusiasmo inicial le siguió el interés por saber cómo iba a ser ese cambio. Y como con tantas otras cosas, nada me queda demasiado claro.

En principio, las noticias anunciaban que Ferrovías (del grupo Emepa) y Metrovías (la del subte, sí, del grupo Roggio) eran las firmas que se iban a hacer cargo de los servicios que manejaba TBA. El esquema planteado es el de una unión transitoria de empresas que "actúan por cuenta y orden del Estado", el mismo que el que se puso en marcha en 2005 para el San Martín y 2007 para las líneas General Roca y Belgrano Sur, cuyas concesiones le fueron revocadas a Metropolitano. Esta unión de empresas no es otra que la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe), de la que forman parte Ferrovías,  Metrovías y .... TBA. Se supone que la semana que viene esta última sería desplazada. De lo contrario, nada tendría sentido.

En conclusión, la solución propuesta es una especie de parche, algo transitorio. O por lo menos eso espero. Porque la "e" de la sigla Ugofe es de "emergencia". Aunque, a juzgar por los hechos, desde 2005 que esta unión de emergencia maneja el San Martín. Pasaron siete años y según dicen, mejoró la regularidad de los servicios y aumentó la cantidad de pasajeros transportados, pero se sigue viajando mal.

En fin, tendremos que seguir atentos y ver qué pasa, pero a primera vista, no parece haber ningún plan serio y a largo plazo para que en todas las líneas se viaje mejor.


domingo, 20 de mayo de 2012

Caras por justicia

Este martes se cumplen 90 días de la tragedia ferroviaria en la que 51 personas murieron y otras 700 sufrieron heridas, algunas muy graves. En tres meses nada cambió e increíblemente parece que todo va a seguir igual si no nos movemos nosotros. El video que está acá abajo invita a sumarse a una iniciativa de los familiares de las víctimas.



No nos olvidemos de Once. No nos cansemos de pedir justicia. 


jueves, 26 de abril de 2012

Invierno

Helado y sucio. Como cada invierno, por las ventanillas rotas de los vagones viejos se cuela el frío y la decadencia. Las estaciones parecen abandonadas, con chapas al costado de las vías y postes caídos. Las secuelas del temporal colaboran para que la escena sea casi dramática.

Ya está empezando la época en la que comienzo y termino mis días arriba del tren. Si no fuera porque siempre hay alguna historia cacheteándome la rutina, nada tendría sentido.