jueves, 26 de abril de 2012

Invierno

Helado y sucio. Como cada invierno, por las ventanillas rotas de los vagones viejos se cuela el frío y la decadencia. Las estaciones parecen abandonadas, con chapas al costado de las vías y postes caídos. Las secuelas del temporal colaboran para que la escena sea casi dramática.

Ya está empezando la época en la que comienzo y termino mis días arriba del tren. Si no fuera porque siempre hay alguna historia cacheteándome la rutina, nada tendría sentido.





viernes, 20 de abril de 2012

Servicio normal


Una pasajera preguntó hoy a la mañana si era cierto que el tren funcionaba con demoras, como decían en la tele. El empleado de TBA, acodado sobre uno de los molinetes, le respondió:

-No señora, servicio normal.

Normal es una palabra rara. ¿Qué es normal? Según el diccionario de la Real Academia Española, normal es aquello que “se halla en su estado natural”. Me resisto a pensar que el tren naturalmente tarde 20 minutos y naturalmente preste un servicio como el que se muestra en el siguiente video, que fue grabado hoy en un vagón con destino Once:




No nos confundamos, esto no es normal. Esto es simplemente decadente.




viernes, 13 de abril de 2012

¿Gratis?


El 22 de febrero TBA dejó de controlar que los usuarios del Sarmiento paguemos el pasaje. Antes de la tragedia de Once los controles ya eran bastante laxos, pero después directamente dejaron de existir. A la mañana, muchas veces, las estaciones se ven así:

Molinetes y puerta lateral, liberados
Lo que no cambió a pesar de lo que pasó fue la forma en que viajamos. A menos de diez días de que se cumplan dos meses, los usuarios de esta línea seguimos subiendo a trenes abarrotados, sucios y demorados. Estas fotos son de esta semana:

Desde afuera, pasajeros apretados contra el vidrio o colgados del estribo

Desde adentro. En este vagón volví hoy.

¿Tiene que pasar algo peor para que tomen conciencia? No nos interesa viajar gratis, queremos viajar dignamente. El precio que pagamos quienes ponemos el cuerpo y nos  tomamos el tren todos los días es muy superior al valor de un boleto. A 51 personas les costó la vida. ¿Es tan difícil de entender?


viernes, 6 de abril de 2012

Destrucción


Nunca vi nada parecido. El miércoles a la noche, en zona oeste, pasó un huracán. Un tornado. Una ráfaga de furia ambiental que arrasó con todo.

Varias chapas retorcidas decoraban una de las estaciones del tren -clausurada- cual guirnaldas de un árbol navideño gigante. 

Árboles sanos, justamente, quedaron muy pocos. Los demás murieron, no de pie, sino mas bien acostados. Se partieron al medio troncos añosos, de madera dura, volteándolo todo: rejas, techos, vidrios, paredes, postes de luz.  El planeta se enojó. Y le sobran los motivos.